Hablando de dominación, ¿tú qué prefieres?
10 enero 2018
Tomando en cuenta que el hombre por naturaleza es protector y que se le da bien eso de dominar sus territorios, el sexo es una afrenta exquisita en la que muchos de ustedes desean el control.
Con regularidad, cuando un hombre prefiere dominar, es debido a esas fantasías acerca del sometimiento hacia su pareja, siendo ella el objeto de sus deseos y así satisfacerlos; también porque –dicen– les gusta complacer a su compañera y, “de paso”, complacerse ellos mismos con dicha acción…
Y aquí es donde puedo concluir que la mayoría de los hombres gustan más de este rol gracias a las respuestas obtenidas.
¿Absoluto? No, pues todos están de acuerdo en que les es súper excitante sentir el poder femenino sobre ellos, pero que nosotras tomemos el mando también les resulta cómodo, ya que “cuando no estoy muy animoso, me encanta ser objeto; es ‘sírvete lo que gustes’ y me pongo en sus manos. Así que también depende del estado de ánimo”. Sin duda, la claridad no se discute.
Y es cuando nos cuestionamos: ¿qué tan capaces somos al dar y recibir con el otro en el sexo? ¿Será que aún no hemos explotado realmente ese fascinante potencial que todos, mujeres y hombres, tenemos para sentir placer en cualquiera de sus formas? Por eso, no está demás insistir en que hablar es la mejor manera de que ambos lleguemos al clímax, que merecemos los dos.
Después de todo, algo es cierto: como resultado del tema que hoy nos concierne, a ustedes no les desagrada en lo absoluto ser con más regularidad los principales proveedores de caricias, besos y orgasmos en el maravilloso acto amatorio.
Y tú, ¿cómo prefieres ser en la cama?
Tomando en cuenta que el hombre por naturaleza es protector y que se le da bien eso de dominar sus territorios, el sexo es una afrenta exquisita en la que muchos de ustedes desean el control.
Con regularidad, cuando un hombre prefiere dominar, es debido a esas fantasías acerca del sometimiento hacia su pareja, siendo ella el objeto de sus deseos y así satisfacerlos; también porque –dicen– les gusta complacer a su compañera y, “de paso”, complacerse ellos mismos con dicha acción…
Y aquí es donde puedo concluir que la mayoría de los hombres gustan más de este rol gracias a las respuestas obtenidas.
¿Absoluto? No, pues todos están de acuerdo en que les es súper excitante sentir el poder femenino sobre ellos, pero que nosotras tomemos el mando también les resulta cómodo, ya que “cuando no estoy muy animoso, me encanta ser objeto; es ‘sírvete lo que gustes’ y me pongo en sus manos. Así que también depende del estado de ánimo”. Sin duda, la claridad no se discute.
Y es cuando nos cuestionamos: ¿qué tan capaces somos al dar y recibir con el otro en el sexo? ¿Será que aún no hemos explotado realmente ese fascinante potencial que todos, mujeres y hombres, tenemos para sentir placer en cualquiera de sus formas? Por eso, no está demás insistir en que hablar es la mejor manera de que ambos lleguemos al clímax, que merecemos los dos.
Después de todo, algo es cierto: como resultado del tema que hoy nos concierne, a ustedes no les desagrada en lo absoluto ser con más regularidad los principales proveedores de caricias, besos y orgasmos en el maravilloso acto amatorio.
Y tú, ¿cómo prefieres ser en la cama?